miércoles, 19 de junio de 2013


DIPYLIDIUM CANINUM


Dipylidium caninum, la tenia del perro, es un helminto cestodo muy común en perros, ocasionalmente en gatos y en algunos animales salvajes como los zorros. También puede infectar  a seres humanos, sobre todo a niños. Se da en todo el mundo. La infestación con Dipylidium se denomina dipilidiasis.






Localización de Dipylidium
 
El órgano predilecto de Dipylidium caninum es el intestino delgado. Se fija a la pared intestinal mediante los garfios de la cabeza (escólex)










Descripción de Dipylidium

 
Los adultos alcanzan 10 a 70 cm de longitud y unos 2-3 mm de ancho, y son de color blanquecino. Los huevos miden unas 20x45 micras. La cabeza está en el extremo más delgado y mide aprox. 0,5 mm. El cuerpo suele tener entre 50 y 150 segmentos (proglotis). Los segmentos grávidos cargados de huevos que se expulsan con las heces miden cerca de 1 cm de largo y 2-3 mm de ancho. Los huevos miden de 30 a 60 micras. Los huevos suelen estar inicialmente incluidos en cápsulas.
El adulto se encuentra en el intestino del perro
Las pulgas (la larva) se infectan al ingerir los huevos de D.caninum desarrollándose el cisticercoide
-Los niños se infectan al ingerir pulgas infectadas tras acariciar a los perros.










Biología y ciclo vital de Dipylidium

 

Dipylidium tiene un ciclo vital indirecto obligado. Los hospedadores intermediarios son sobre todo las pulgas , y ocasionalmente los piojos de los perros y gatos.
La tenia adulta en el intestino del hospedador final expulsa segmentos cargados de huevos con las heces. En las heces se liberan los huevos. Las larvas de las pulgas ingieren estos huevos. Una vez en la larva de la pulga los huevos eclosionan, atraviesan la pared intestinal y se desarrollan a






cisticercoides. Tras la metamorfosis de las larvas, las pulgas adultas son portadoras de los cisticercoides. Los piojos también pueden ingerir los huevos de Dipylidium que contaminan el pelaje de la mascota.


El hospedador final (perro, gato, etc.) ingiere pulgas o piojos cuando se lame o muerde porque le pica. En el intestino del hospedador se liberan los cisticercoides que completan su desarrollo a tenias adultas y se instalan en el intestino delgado. Los seres humanos, especialmente niños, se contagien también por la ingestión accidental de pulgas.




Daños, síntomas y diagnóstico de Dipylidium


Las infecciones con Dipylidium son de ordinario beningnas, a menudo sin síntomas clínicos, tanto para las mascotas como para los seres humanos. Si el número de tenias aumenta, pueden producir diarrea o estreñimiento, pérdida de peso, inquietud, dolores abdominales, picor anal, etc.
De ordinario no se dan síntomas clínicos específicos. Diarrea, estreñimiento o picor anal sugieren una infestación pero pueden tener otras causas. Como en otros cestodos, la presencia de segmentos grávidos con aspecto como de granos de arroz cocido en las heces, alrededor del ano o en la cuna de la mascota, indican la infección del animal.






Prevención y control de infecciones de Dipylidium

 
El mejor modo de prevenir las infecciones de perros y gatos con Dipylidium es controlar las pulgas y los piojos, que son sus vectores y hospedadores intermediarios. Como antiparasitarios contra las tenias (tenicidas) se usan sobre todo antihelmínticos de amplio espectro como los benzimidazoles, albendazol, febantel, fenbendazol), o tenicidas específico como el praziquantel, el epsiprantel o la bunamidina. Éstos últimos se comercializan a menudo en mezclas con nematicidas como los endectocidas (por ej. milbemicina oxima), el levamisol, o las tetrahidropirimidinas.
La mayoría se están disponibles en formulaciones orales sólidas (enlace) en forma de tabletas, comprimidos, etc. o líquidas (enlace): suspensiones, soluciones, etc. Hay unos pocos inyectables (enlace) con eficacia tenicida.
El control debe orientarse hacia la lucha integrada contra los hospederos intermediarios, en este caso contra la pulga Ctenocephalides canis o Ctenocephalides felis, a través de la aplicación de un grupo de medidas entre las que pueden citarse:
  • Recogida y eliminación de las heces fecales.
  • Control de perros ambulantes.
  • Chequeos coprológicos y su aplicación cada 2 o 3 meses.
  • Aplicación de baños insecticidas sistemáticos.
  • Limpieza y aplicación de estos productos insecticidas en los locales donde habitan los perros


Los antiparasitarios de uso externo (pipetas, collares, champús, etc.) no controlan las tenias.
Por ahora no hay ni vacunas ni repelentes contra la tenia del perro u otros gusanos parásitos de perros y gatos.
Puede interesarle el artículo en este sitio sobre plantas y remedios vegetales antihelmínticos.
Consulte a un veterinario o a los servicios zoosanitarios de su región para obtener informaciones y recomendaciones más precisas adaptadas a las condiciones climáticas y ecológicas regionales.



 janet ferrer ortiz

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