DIPYLIDIUM
CANINUM
Dipylidium
caninum, la
tenia del perro, es un helminto cestodo muy
común en
perros,
ocasionalmente en gatos y en algunos animales salvajes como los
zorros. También puede infectar a seres humanos, sobre todo a
niños. Se da en todo el mundo. La infestación con Dipylidium
se denomina dipilidiasis.
Localización
de Dipylidium
El órgano predilecto de
Dipylidium
caninum es
el intestino
delgado. Se
fija a la pared intestinal mediante los garfios de la cabeza
(escólex)
Descripción de Dipylidium
Los
adultos alcanzan 10 a 70 cm de longitud y unos 2-3 mm de ancho, y son
de color blanquecino. Los huevos miden unas 20x45 micras. La cabeza
está en el extremo más delgado y mide aprox. 0,5 mm. El cuerpo
suele tener entre 50 y 150 segmentos (proglotis). Los segmentos
grávidos cargados de huevos que se expulsan con las heces miden
cerca de 1 cm de largo y 2-3 mm de ancho. Los huevos miden de 30 a 60
micras. Los huevos suelen estar inicialmente incluidos en cápsulas.
El
adulto se encuentra en el intestino del perro
Las
pulgas (la larva) se infectan al ingerir los huevos de D.caninum
desarrollándose el cisticercoide
-Los
niños se infectan al ingerir pulgas infectadas tras acariciar a los
perros.
Biología y ciclo vital de Dipylidium
Dipylidium
tiene un ciclo vital indirecto obligado. Los hospedadores
intermediarios son sobre todo
las pulgas
, y ocasionalmente los piojos
de los perros y gatos.
La
tenia adulta en el intestino del hospedador final expulsa segmentos
cargados de huevos con las heces. En las heces se liberan los huevos.
Las larvas de las pulgas ingieren estos huevos. Una vez en la larva
de la pulga los huevos eclosionan, atraviesan la pared intestinal y
se desarrollan a
cisticercoides.
Tras la metamorfosis de las larvas, las pulgas adultas son portadoras
de los cisticercoides. Los piojos también pueden ingerir los huevos
de Dipylidium que contaminan el pelaje de la mascota.
El
hospedador final (perro, gato, etc.) ingiere pulgas o piojos cuando
se lame o muerde porque le pica. En el intestino del hospedador se
liberan los cisticercoides que completan su desarrollo a tenias
adultas y se instalan en el intestino delgado. Los seres humanos,
especialmente niños, se contagien también por la ingestión
accidental de pulgas.
Daños,
síntomas y diagnóstico de Dipylidium
Las infecciones con Dipylidium
son de ordinario beningnas, a menudo sin síntomas clínicos, tanto
para las mascotas como para los seres humanos. Si el número de
tenias aumenta, pueden producir diarrea o estreñimiento, pérdida de
peso, inquietud, dolores abdominales, picor anal, etc.
De ordinario no se dan
síntomas clínicos específicos. Diarrea, estreñimiento o picor
anal sugieren una infestación pero pueden tener otras causas. Como
en otros cestodos, la presencia de segmentos grávidos con aspecto
como de granos de arroz cocido en las heces, alrededor del ano o en
la cuna de la mascota, indican la infección del animal.
Prevención y control de infecciones de Dipylidium
El
mejor modo de prevenir las infecciones de perros y gatos con
Dipylidium
es controlar
las pulgas y los piojos,
que son sus vectores y hospedadores intermediarios. Como
antiparasitarios contra las tenias (tenicidas) se usan sobre todo
antihelmínticos
de amplio espectro como los
benzimidazoles,
albendazol,
febantel,
fenbendazol),
o tenicidas
específico como
el praziquantel,
el
epsiprantel
o la bunamidina.
Éstos últimos se comercializan a menudo en mezclas
con nematicidas como los endectocidas
(por ej. milbemicina
oxima), el
levamisol,
o las tetrahidropirimidinas.
La
mayoría se están disponibles en formulaciones
orales
sólidas (enlace)
en forma de tabletas, comprimidos, etc. o líquidas
(enlace):
suspensiones, soluciones, etc. Hay unos pocos inyectables
(enlace)
con eficacia tenicida.
El control debe orientarse
hacia la lucha integrada contra los hospederos intermediarios, en
este caso contra la pulga Ctenocephalides
canis o
Ctenocephalides
felis, a
través de la aplicación de un grupo
de medidas entre las que pueden citarse:
- Recogida y eliminación de las heces fecales.
- Control de perros ambulantes.
- Chequeos coprológicos y su aplicación cada 2 o 3 meses.
- Aplicación de baños insecticidas sistemáticos.
- Limpieza y aplicación de estos productos insecticidas en los locales donde habitan los perros
Los
antiparasitarios de uso
externo (pipetas, collares,
champús, etc.) no controlan las tenias.
Por
ahora no
hay ni vacunas ni repelentes
contra la tenia del perro u otros gusanos parásitos de perros y
gatos.
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Consulte
a un veterinario o a los servicios zoosanitarios de su región para
obtener informaciones y recomendaciones más precisas adaptadas a las
condiciones climáticas y ecológicas regionales.
janet ferrer ortiz
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