miércoles, 15 de mayo de 2013


MICOSIS SUPERFICIALES 

Universidad Del Papaloapan 

Por : Karen Elizabeth Velázquez Arango 

¿Qué son las micosis superficiales?

Se denominan micosis superficiales a las infecciones de las mucosas, piel y anejos cutáneos (pelo y uñas) producidas por diferentes especies de hongos. El concepto de micosis superficial viene dado por la localización del proceso que no va más allá del epitelio o capa más externa de la piel.
El hongo puede limitarse a la piel, pelo o uñas con escasa respuesta inflamatoria y provocando un problema fundamentalmente estético o bien puede en otras ocasiones ocasionar una respuesta inflamatoria, aguda o crónica, más o menos importante. Además a veces se producen reacciones alérgicas a los hongos provocando una lesión a distancia del lugar inicial de la infección.
Las manifestaciones clínicas pueden ser características y fácilmente reconocibles por el médico o ser difíciles de distinguir de otras enfermedades dermatológicas para cuyo diagnóstico es necesario hacer un examen de laboratorio.
En el presente capítulo vamos a comentar conjuntamente las características de las micosis superficiales haciendo especial hincapié en la prevención, sin entrar a describir en profundidad cada uno de los cuadros que pueden ser producidos por hongos en la piel.


¿Qué lo produce y cómo lo produce?

Los hongos que producen micosis en el ser humano se encuentran en dos estados: levaduras y mohos. Una levadura puede definirse como un hongo constituido por una sola célula, mientras que los mohos son hongos con muchas células de estructura filamentosa. Las células de los hongos poco o nada tienen que ver con las de otros gérmenes que causan infecciones, estando casi más relacionados, si bien a mucha distancia, con las plantas que con las bacterias. Por esto último los productos que se emplean para tratar estas lesiones o anti fúngicos poco tienen que ver con los antibióticos que se utilizan para tratar otras infecciones.
Un mismo trastorno, por ejemplo las infecciones de las uñas u onicomicosis, puede estar producido por diferentes grupos de hongos. También son importantes los factores ecológicos y ambientales, a la hora de definir cuáles son los responsables de la infección.
Muchos de los hongos que causan infecciones de la piel se encuentran en el medio, por ejemplo en el suelo o infectando especies de animales como los perros, y el contagio sería por contacto directo con los mismos, pero también nos podemos contagiar por contacto con las lesiones de otras personas.
Dentro de los hongos que infectan la piel y estructuras relacionadas, un grupo importante lo constituyen los denominados dermatofitos que son los responsables de las tiñas, o infecciones por dermatofitos de piel, pelos o uñas, algunas tan conocidas como el pie de atleta o Tinea pedís .
En la siguiente tabla se recogen cuales son los principales cuadros clínicos en España, el grupo de hongo responsable y como se adquieren.
Cuando figura exógeno supone que la fuente de infección es o bien el medio o bien otro ser vivo infectado y por endógeno entendemos que los hongos que van a producir la infección se encuentran habitando normalmente nuestra piel y que en determinadas circunstancias propiciatorias son capaces de provocar lesiones.



¿Cuándo sospechar?

En esta sección nos vamos a limitar a describir las formas clínicas más frecuentes, si bien y como comentábamos al principio muchas veces las manifestaciones cutáneas son similares entre distintas enfermedades lo que requiere que sean reconocidas por el médico precisando en ocasiones la ayuda de pruebas específicas.





Tiñas

- Tinea capitis o del cuero cabelludo: Aparecen zonas sin pelo y con escamas, a veces con pústulas y costras. En ocasiones la lesión desprende un olor a amoniaco.
- Tinea barbae o de la barba y el bigote: Pequeños abscesos foliculares en la zona de la barba y el bigote.
- Tinea corporis: En las zonas de piel sin pelo, de las regiones del tronco, abdomen, brazos, piernas y cara. Las lesiones son circulares con bordes enrojecidos y escamosos, que producen picor y van creciendo hacia fuera. Hay distintas formas con inflamación variable.
- Tinea cruris: En la ingle, una placa enrojecida y escamosa, que causa picor, con vesículas en los bordes. Esta forma es más frecuente en el varón adulto.
- Tinea manum: En las palmas de las manos y bordes de los dedos se forman placas con descamación y vesículas con o sin aumento del grosor de la piel. Pueden ser lesiones parecidas a un eczema de contacto.
- Tinea pedis: En la planta de los pies y en los espacios entre los dedos. Las lesiones presentan descamación, con picor y grietas en el fondo de los pliegues de los espacios entre los dedos, sobre todo en el cuarto espacio. También se le llama pie de atleta, ya que se relaciona con la sudoración al usar calzado deportivo.
- Tinea unguium o tiña de las uñas.








Pitiriasis versicolor

Se caracteriza por lesiones parecidas al salvado, con más o menos coloración que la piel sobre la que asientan, localizadas en el tronco, sobre todo en los hombros y en la espalda. La aparición de las lesiones se relaciona con factores de la persona, ya que el hongo es un comensal, es decir habita normalmente en la piel de personas sanas. Estos factores que favorecen su aparición se relacionan con un recambio de las capas más externas de la piel más lento de lo habitual.
Candidiasis
Las levaduras del género Cándida suelen infectar los grandes pliegues, debajo de las mamas e inglés, causando el denominado intertrigo. También da lugar a cuadros como el eczema de los pañales, o infecciones de las uñas que son habituales en las personas que tienen con frecuencia húmedas las manos, como los camareros, y a veces se acompañan de inflamación en la piel que rodea la uña.

¿Cómo saber o confirmar que tengo una micosis?

La sospecha clínica inicial establecida por el médico debería ser confirmada por un diagnóstico micológico específico. Si bien las lesiones de las que se ha hablado con frecuencia representan problemas no graves, es importante su diagnóstico y tratamiento. Con frecuencia los tratamientos son largos y los fármacos que son de utilidad frente a un tipo de hongos no lo son para otros.
Las pruebas para realizar el diagnóstico consisten en un examen de las escamas de las lesiones y su cultivo para demostrar que existen hongos en el tejido infectado. Además, hay otras pruebas en procesos específicos como en la pitiriasis versicolor en la cual el examen con luz de Wood, destaca las manchas que aparecen en esta enfermedad                                                                            .


¿Cómo se soluciona?


El tratamiento de estos procesos se basa en sustancias con actividad específica contra los hongos que las producen, o anti fúngicos. Como todo antimicrobiano, los anti fúngicos deben ser prescritos y supervisados por el médico. En el caso de los anti fúngicos esto último es particularmente importante ya que muchas veces, como veremos, son tratamientos prolongados.
Otra consideración es que la elección de un anti fúngico u otro se realiza en función del tipo de lesión y en consecuencia del hongo responsable de ahí que no deban tomarse este tipo de fármacos sin haber acudido previamente al médico y contar con un diagnóstico específico.
Se dispone de anti fúngicos de aplicación tópica preparados para una sola aplicación diaria y existen presentaciones galénicas que permiten tratar todo tipo de lesiones. Los tratamientos orales con los nuevos anti fúngicos, han aumentado la seguridad del tratamiento y gracias a sus características se pueden realizar pautas intermitentes útiles cuando el tiempo de administración ha de ser largo.
En las tiñas, el fármaco de elección depende del tipo de tiña. El tiempo de tratamiento será de unas 4 a 6 semanas recomendándose un control micológico que asegure la curación de las lesiones. En muchos casos el tratamiento se completa con antisépticos y anti fúngicos tópicos como por ejemplo en forma de gel.
Las micosis de la piel sin pelos, se pueden tratar tópicamente si las lesiones son limitadas en número y superficie, mientras que si son muy extensas, hay dificultades para su aplicación. Si son recurrentes o afectan a zonas con pelos o uñas, se recomiendan tratamientos orales. La tiña de las uñas se trata por vía oral, durante 2 a 4 meses (hay fármacos que permiten pautas intermitentes), dependiendo de la evolución clínica y de los cultivos de control. En caso de intolerancia a los tratamientos orales o para consolidar y acelerar el efecto terapéutico puede utilizarse un tratamiento tópico en forma de laca de uñas o eliminar químicamente la uña enferma.
En el tratamiento de la pitiriasis versicolor se utilizan soluciones tópicas, si bien en formas muy extensas o recidivantes se pueden usar formulaciones orales. La dermatitis seborreica, que se relaciona con la levadura que causa este cuadro, se ha visto que mejora con anti fúngicos tópicos.
En el caso de las candidiasis también existen anti fúngicos tópicos, si bien cuando sea necesario es posible el tratamiento con fármacos administrados por vía oral durante 7 a 14 días (para la candidiasis vaginal es suficiente 3 días o incluso hay fármacos que permiten el tratamiento con una sola dosis). Las infecciones de las uñas por levaduras del género Cándida se pueden tratar con los mismos anti fúngicos pero administrados durante 1 a 4 meses.
Para las infecciones de las uñas por otros hongos distintos a los descritos hay tratamientos tópicos pero en muchos casos hay que extraer la uña.



¿Qué complicaciones pueden aparecer?

No es extraño que las lesiones se sobre infecten por bacterias, debido a que la barrera que supone la piel está dañada. En este caso cambia el aspecto de la lesión inicial y será necesario un tratamiento antibiótico.
Cuando se administran anti fúngicos durante períodos prolongados se recomienda hacer vigilancia con análisis de sangre y tener en cuenta las posibles interacciones con otros medicamentos que el paciente esté tomando en el mismo momento como antiácidos, anticonceptivos y los hipoglucemiantes orales, por citar algunos.
¿Cómo puedo evitarlo?
En este punto es importante recordar el carácter exógeno o endógeno de las distintas micosis (ver la tabla anterior).
Las micosis que se adquieren o se contagian de forma exógena es decir aquellas producidas por hongos que habitualmente no forman parte de nuestra flora corporal pueden tener un origen humano o animal. Las primeras en España cada vez son más raras. La infección se suele adquirir en gimnasios, piscinas o por el uso de ropa o calzado contaminados. En estas situaciones es importante una limpieza cuidadosa de las instalaciones y el uso de toallas, ropa y calzado personales así como evitar ir descalzo.
Las tiñas se transmiten de una persona a otra con mucha facilidad al entrar en contacto con las lesiones infectadas. Si un niño es portador de una Tinea capitis o corporis no debe ir a la escuela hasta que lleve tratamiento y las lesiones cubiertas.
Las tiñas por especies de hongos que infectan a los animales son las más frecuentes en los países desarrollados y los animales que las contagian pueden ser gatos, perros, hámster o conejos.
Otras micosis como la pitiriasis versicolor y las candidiasis suelen ser de origen endógeno (no se contagian) por lo que la prevención se basa en medidas individuales como evitar la sudoración excesiva, traumatismos pequeños que erosionan la piel, excoriaciones y la maceración de la piel, que es frecuente en las manos que están continuamente en contacto con el agua y los jabones

  

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